19 junio 2009

* La revolución silenciosa

Hay religiosos cuya sola existencia hace disculpar las muchas desgracias y atrocidades que han causado a la humanidad las religiones de uno u otro signo. El jesuita Vicente Ferrer es uno de ellos. Como pronosticó desde la India el padre Ángel, "Vicente Ferrer no va a morir nunca. Le suban o no a los altares, a Vicente Ferrer, que fue un santo en vida, le espera la Gloria. No la gloria mundana, que su exquisita sencillez siempre quiso evitar, sino la verdadera, la buena, la definitiva". Es la esperanza de un creyente. Entre mundanos, Vicente Ferrer seguirá vivo, sobre todo, entre los pobres de solemnidad a los que ayudó de todas las maneras posibles en Anantapur, una zona rural en los desiertos del sur de la India. Su inmortalidad son los hospitales, escuelas, casas, pozos, caminos, etc. que levantó con un tesón sobrehumano en cientos de comunidades y pueblos. Suya es, además, la inmortalidad de un ejemplo universal de la mejor filantropía.Descanse en paz.

Extracto de EL PAIS.

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Fight !!!

Seguramente perderás la batalla, tarde o temprano pasará, pero en una vida finita lo importante no es ganar una batalla que tienes perdida...